Con el objetivo de desbaratar la sesión especial impulsada por la oposición en Diputados para limitar el poder de Javier Milei, el oficialismo aceleró cierto acercamiento con referentes del bloque de Unión por la Patria (UP), tal vez la oposición más dura al gobierno. Es un dato fuerte. Los llamados se suceden desde la semana pasada. La sesión tiene dos temas de convocatoria: la reforma a la ley que regula los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) y la discusión del DNU del Poder Ejecutivo por el que se auto facultó a renegociar deuda sin el aval del Congreso.
Al gobierno le preocupa especialmente el primer ítem. Sobre todo si los opositores pretenden cambiar los mecanismos para facilitarle al Congreso la insistencia a leyes eventualmente vetadas, como pasó con Movilidad Jubilatoria y Financiamiento Universitario en las que no logró voltear el DNU por no conseguir los números necesarios.
El dato del acercamiento a UP resalta otra cuestión: la tensión del Gobierno con sectores del PRO, el partido que asoma como principal aliado parlamentario de La Libertad Avanza y que coqueteó durante días con la idea de desmarcarse de la postura libertaria de rechazar cambios. Para el Gobierno, la movida que limitaría el veto presidencial es “desestabilizadora”.
Dicen: “Quieren quitarle herramientas a Milei para que no pueda gobernar”. Por eso, para las mentes que rodean al Presidente, la no alineación total del PRO con LLA ubicaría al partido de Mauricio Macri en la vereda de enfrente. Pero ayer a la tarde llegó la sorpresa, o no tanto: la mesa ejecutiva del partido amarillo se reunió con la presencia de Macri. Allí se definió no dar quórum en la sesión de hoy. Una colaboración para hacerla caer.
Una nueva mano al gobierno de Milei, a pesar de las diferencias, para “no poner en riesgo la gobernabilidad”, fue el argumento. “Vamos a defender la institucionalidad. Por eso mañana (por hoy) no daremos quórum y, en el caso que se logre, no vamos a votar con el kirchnerismo”, se señaló desde el PRO. Suena a alivio para el Gobierno. Es que el PRO reúne unos 40 diputados. De favorecer el quórum, la oposición dura tenía el camino allanado para arrancar la sesión. No obstante desde los sectores más antimileistas confían en que tienen los votos para iniciar el debate. Se viene un poroteo estresante.
La de Macri y Milei es una relación llena de vaivenes, regida por un buen trato personal pero con diferencias políticas. Que, entre otras cosas, generan que hoy no pueda hablarse a ciencia cierta de una alianza electoral para el año que viene. Algo que desespera a los amarillos, que ven cómo les piden lealtad a cambio de nada. En el Gobierno ayer redoblaban la apuesta: “No vamos a hacer un acuerdo con los que voten para cambiar la ley de DNU, no hay ninguna posibilidad”, amenazaban antes de la reunión de los amarillos en la que se definió finalmente el apoyo.
Peronistas desencantados
Se reitera: los canales entre LLA y UP se habían abierto pensando en una alejamiento posible del PRO. El Gobierno quiere descontar votos opositores. Los operadores del oficialismo buscan peronistas desencantados con la conducción del partido, que quedó en manos de Cristina Kirchner.
¿Es el gobernador riojano Ricardo Quintela, que no pudo enfrentar a la exmandataria, una opción?Las llamadas existieron pero la Rosada, hasta ayer, no había podido quebrar la disciplina de los cuatro diputados que responden a Quintela. Todos ellos votarían en sintonía con el bloque de UP. Fuentes del PJ aseguraban que persiste en el riojano el sabor amargo de la convocatoria que hizo el gobierno a un enviado suyo para negociar el pago de una deuda millonaria de la Nación a la provincia en medio de la interna del peronismo, un pago que jamás se concretó.
Ayer trascendió que los legisladores catamarqueños, que responden al gobernador Raúl Jalil, volverían a ser funcionales a la voluntad de la Casa Rosada. Se descuenta el apoyo de los tres diputados tucumanos de Osvaldo Jaldo, escindidos de UP desde hace meses y con bloquecito propio. La misma conducta podrían adoptar el salteño, Gustavo Sáenz, y el misionero Hugo Passalacqua, que ya han colaborado con el gobierno en el Congreso.
La queja de las provincias es que el Gobierno no cumple con los acuerdos pautados con los gobernadores y eso juega en favor de la oposición. Los mandatarios provinciales ya no le creen a los enviados del Ejecutivo. Si bien hablan del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, como una persona “ejemplar”, consideran que el diálogo con el ministro termina siendo “inconducente” porque “Milei hace lo que quiere”. Pero, a favor del Gobierno, la puja entre el peronismo del interior y el kirchnerismo del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) sigue tensando al bloque de UP. Algunos legisladores reniegan de la injerencia de La Cámpora en las definiciones de la bancada. A esos también habría llama do el oficialismo para jugar a favor de las intenciones de Milei, se desconoce con qué éxito.
Según se analizaba ayer en ámbitos periodísticos, la oposición mantiene los avales suficientes para dar un último golpe legislativo a Milei si es que se realiza la sesión. Lo dicho: el objetivo de primera iniciativa, impulsada por Unión por la Patria (UP), Encuentro Federal (EF) y los 12 radicales de Democracia -la reciente escisión del bloque UCR- es evitar que al presidente de turno le sea más fácil gobernar a través de los DNU, en realidad una herramienta de excepción.
En lo que va del año, Milei hizo un amplio uso de esta prerrogativa constitucional: lleva firmados 42 DNU. Un número elevado si se considera que Mauricio Macri emitió 70 a lo largo de sus cuatro años de gobierno y Cristina Kirchner firmó 78 en dos períodos.
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